domingo, 6 de noviembre de 2011

Descansa en paz Zelda.

La entrada de hoy no puede tener un título más gris, hoy es un dia triste para mi he perdido dos personas muy importantes, una por circunstancias del corazón y otra por motivos de la vida. Hoy va por la segunda persona, Zelda:




Zeldita era una gatita para muchos normal y corriente que vivía en casa de Grazy, su vida ya empezó mal. La madre era primeriza y la escondió, tardamos dos días en encontrarla, ella fue la única cachorra de los tres que sobrevivio. Yo esos días ya me temía lo peor, lloré mares y mares pensando en esos pobres cachorritos al frio y a la lluvia, había perdido toda esperanza de encontrar uno solo de ellos con vida, pero entonces el milagro sucedió, Zelda había demostrado ser la más fuerte. Las semanas pasaron normales, lo unico que tenía era una persistente diarrea, estuvimos combatiendola, luchando contra esa pequeña tontería y finalmente, Zeldita sanó. Hoy son apenas las 10:15, hace escasos 15 minutos me han confirmado su muerte a manos de un perro, ni siquiera pude volver a verla, ni acariciarla, ni ver lo mucho que había crecido. Mi bebé murió, esa bolita de pelo que con apenas mes y medio de vida intentaba jugar a atacarme encima de mi pecho con sus patitas diminutas.
No lo entiendo, joder, no lo entiendo, ¿Que hizo para merecer la muerte? ¿Porque el Karma se las hizo pagar? ¿Que culpa tiene de las acciones cometidas en otra vida? No lo entiendo, por más que lo piense no le encuentro solución, las lágrimas me saturan los ojos, tiemblo y pienso en ella. Ha sido la primera hija que pierdo, le he visto en total apenas 3 semanas, si todo iba bien la iba a volver a ver este fin de semana, pero ahora todo derrepente se disolvió. Siempre imaginé que perder a una o un hermanito menor iba a ser doloroso y, la verdad, hubiera preferido sentir este dolor unos años más tarde. Siempre estarás en mi corazón.

Descansa en paz Zelda, mamá te quiere mucho.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De vuelta.

Tras un parón por motivos personales he vuelto al blog, ha sido una temporada de sustos y alegrías, aún recuerdo cuando casi pierdo a mi querido Peluso a causa de los cristales de estruvita, como sufrí al ver a su compañero de veterinario, Miki, un siamés de 15 años que falleció a causa de una insuficiencia renal crónica. Recuerdo la cara seria de Patricia cuando me comentó que mi gato posiblemente la padeciera, también cuando lloré como una niña pequeña al firmar los papeles para ingresarlo. Fueron unos días muy amargos, ¿que haría yo si le pasara algo a mi bebé? Mucha gente puede opinar que esté demente por querer tanto a ese siamés/tonquines, por hablarle como a otra persona más, por arroparlo cuando salgo por la mañana de casa o por sonreír cada vez que lo veo dormir. En estos escasos diecisiete años de vida mucha gente me ha fallado, como a todos, mucha gente me aplastó en el suelo, otros jugaron con mis sentimientos, pero siempre hubo dos personas apoyándome: Duncan y Peluso. Si tan solo pudiera protegerlos de todo lo haría, si tuviera que vender todo lo que tengo por darles otra oportunidad en esta vida, lo haría sin dudarlo.
También recuerdo cuando "quecho" (Duncan) tuvo un tumor en su pata y pensabamos que sería maligno, ¿como olvidar los mimos con los que vino? Todos estuvimos muy preocupados por ese grandullón de corazón enorme que, aún que con otros perros sea un malote, sería incapaz de matar una mosca.

Hoy va por vosotros, chicos. Os ganasteis un hueco en mi corazón que no es fácil de ganar. Papá, mamá, la abuela, vosotros y yo somos una familia, y sin vosotros nada sería lo mismo. Os quiero (aunque me desperteis a las 5 de la mañana).






Foto: De las primeras que saqué con mi Canon 1000D; no tiene nada en especial pero mejoraré lentamente.
Canción: Falling in love at a coffee shop - Landon Pigg